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domingo, 25 de diciembre de 2011

Feliz Navidad

Feliz Navidad, paz en el mundo y un excelente año nuevo para todos :)

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lunes, 19 de diciembre de 2011

Julio Jaramillo - La película

Julio Jaramillo, el ruiseñor de América, busto

Algunos se han de preguntar por qué escribo y comparto tanto sobre Julio Jaramillo, el Ruiseñor de América, pues no tengo mucha fluidez al redactar, pero la siguiente reseña escrita por el colombiano Carlos E. Serna que lo pueden encontrar dentro de el cd Julio Jaramillo - Los 20 Mejores Éxitos tiene el suficiente peso y validez, pero antes de que comiencen a leer escúchenlo para que sepan de lo que hablo, su canto e interpretación es única e impecable...

Grabar 4.380 canciones de todo tipo, es una cifra respetable. Ser padre de 27 hijos, con cinco esposas, es algo insólito, inusual. Ser bohemio, como lo fue acá, allá y acuyá, es igualmente inentendible. Frases, las anteriores, para referirnos al cantante ecuatoriano Julio Jaramillo (Julio Alfredo Jaramillo Laurido), el trotamundos sentimental del canto que dejó impresa su voz en los ya precitados 4380 temas musicales.
Fue zapatero en Guayaquil, donde abrió sus ojos a la vida el primer día de Octubre de 1935. En su trajinar artístico, de ciudad en ciudad, de país en país, recorriendo los senderos del éxito con paso firme y decidido, obtuvo los más resonantes aplausos.

Y a tales efectos elogiosos correspondió con su calidad artística.
Se le quiso. Se le admiró. Fans por doquiera que vibraban oyéndolo cantar con su estilo bien peculiar y definido, diríamos que sin imitadores. Plasmó ese gorgojéo en las miles de canciones que adquirieron el rótulo de vendedoras, por lo cual el adjetivo de triunfador le quedaba a la medida.
Juglar es aquel que se gana el sustento versificando y musicalizando, tomando este último gerundio como autor, intérprete y compositor. Jaramillo se dió gusto y obtuvo fama con la canción y, a su vez, transmitió en los escenarios de los pueblos visitados, emoviones a granel. Verlo, oirlo, aplaudirlo, emocionarse con su bien timbrada voz, todo era un cúmulo de satisfacciones que solamente ofrecen los ídolos.

A Julio lo enfrentamos periodísticamente un mes de Agosto. Fue el tres de 1966. Primera visita a Medellín. En Cali había estado en 1956, cuando sólo llevaba 12 meses como cantor profesional.
En el 66 ya registraba casi 400 grabaciones, cantidad que fue aumentada, al venir a la capital antioqueña, con las impresiones sonoras hechas para CODISCOS, en su sello ZEIDA. Dos elepés (LP) como solista y uno a dúo con Pepe su hermano, fueron el fruto de su vinculación a esta compañía de discos.
Volvió a Medellín muchas veces. Doquiera que actuó, dejó lindos recuerdos. Era un artista carismático. Empero, su amor por los etílicos lo enrutaron prematuramente hacia la sepultura. Murió el 9 de Febrero de 1978. Es el día del periodista. Mucho lo deploramos.

En CODISCOS (ZEIDA) nos dejó un legado de canciones en distintos ritmos, suficientes para revivirlo a él, musicalmente, con obras como Tren lento, Como una sombra, De carne y hueso, Infamia, Norma, Camino de espinas, El amor del marinero, Maldita suerte, Confesión, Que te vaya bien, Madrecita ideal y tantas otras que se acomodan a esta programación.
Ducho en el canto. A ningún ritmo o folclor de cualquier país le sacó el cuerpo. Grabó de todo y muy bien. Una voz perdurable que sigue escuchandose en tangos, valses, boleros, rancheras, pasillos y tal y tal. Hoy es recuerdo. Se le admiró y seguiremos brindándole cariñosa admiración, aun tantos años después de muerto.

Ecuador es la tierra del pasillo sentimental, con creadores estupendos. También intérpretes calificados como Olimpo Cárdenas y Julio Jaramillo, dos estrellas de la canción latinoamericana. Uno y otro interpretaron a cabalidad las obras creadas por sus coetáneos (de la misma tierra) como Francisco Paredes Herrera, Nicasio Safadi, Carlos Brito, César Maquilón Orellana, Gonzalo Vera, Manuel Coelo, Medardo Angel Silva y tantos otros letristas y músicos del hermano país, quienes enriquecieron la canción latina con sus admirables páginas musicales.

La presencia hiperbólica y la voz latente de Julio Jaramillo, siguen incrustadas en el recuerdo. Hay emisoras en Colombia, y suponemos que en otras naciones, que miuelen y muelen su música con marcada constancia. En Radio Reloj de Medellín, por ejemplo, hay un seguidor ferviente, casi fanátivo de la voz de Jaramillo. Se trata de Julián Uribe Alvarez, quien nos brinda canciones del juglar ecuatoriano muy a menudo. Y tan felices todos quienes exteriorizan la misma inclinación de Julian.

Alguien lo definió como "El cantor del amor". Expresaríamos que lo fue, también del sentimiento, de la alegría, de la vivencias y sensaciones existentes para brindar felicidades insospechadas...

Como ven son muy buenas las razones para no dejar olvidado el canto y sentimiento de uno de los grandes de Latinoamérica, y sin nada más que decir aquí está la vida e historia de Julio Jaramillo... Disfrútenla :)

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sábado, 17 de diciembre de 2011

La comparsa de la viuda


Durante la mañana del 31 de diciembre, portando tarros de talco vacíos a los que abríamos una ranura a manera de alcancías, y latas de leche Klim, con las primeras monedas conseguidas entre los de casa, armábamos la comparsa en la que destacaba una viudita plañidera, niña o niño disfrazado con traje negro, para marchar gimiendo junto a su Viejo, al tiempo que con nuestro improvisado instrumental de percusión, hacíamos  el coro, repitiendo acompasadamente la clásica muletilla: U-na-caridá-pa-ra-el-Vie-jo.

Cuando nos cansábamos o nos llamaban a comer, el Viejo quedaba sentado a la puerta de la casa, con un cigarro en la boca y una botella de trago, vacía, a su lado. Por la tarde intensificábamos la recaudación e íbamos participando en la redacción del testamento infantil para leerlo junto al de los mayores.

Ya al anochecer, agrupados en torno al monigote, en el extraño funeral, procedíamos a repartir proporcional y escrupulosamente el dinero entre quienes lo habíamos armado, paseado y llorado con todo el gusto de la ocasión.

Faltando pocos minutos para las 12 de la noche, algún adulto anunciaba la hora y nuestro Viejo, despojado de su sombrero prestado, de la corbata de gran señor y de los zapatos que alguien juzgaba "todavía buenecitos", era arrastrado hacia media calle para rociar su cuerpo con gasolina y lanzarle el fósforo que lo transformaría en una pira estruendosa.

El acelerado palpitar de nuestros corazones encendidos de excitación nos empujaba al abrazo general y a la expresión de recíprocos augurios. La parranda del Año nuevo comenzaba, mientras los restos humeantes del Viejo, volaban, esparciéndose a voluntad del viento por calles y veredas.

año viejo, quemado, fiesta de año nuevo

Mensaje

Año Viejo de mi barrio, hoy como ayer me 
emocionas y revives mi ilusión.
Me gusta verte sonriente y rellenarte de
viruta para hacerte gordinflón.
Tú no eres Batman, ni Abdalá ni Condorito,
ni el Chavo, ni Robocop,
ni Aguinaga, ni el Bolillo.
Tu eres ancestro y sentimiento. ¡Eres símbolo
tradicional de este pueblo que necesita
inmolarte cada año, a fin de creerse liberado
de tantos males y renovado en la esperanza
de un mañana mejor!...

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jueves, 15 de diciembre de 2011

El Viejo de nuestra infancia

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En el tiempo de la yapa, el Año Viejo era un asunto de incumbencia casi exclusiva de los bomberos, los policías, los militares y la gente menuda, en cuyos preparativos nos distraíamos, realizando arduo trabajo manual y emocionándonos desde el preámbulo.

Nuestro alboroto empezaba siquiera dos días antes con la recolección de prendas de vestir entre los hombres patuchos de la familia y los amigos del barrio, para evitar las prendas grandes que por exigir más relleno, ponían al muñeco en peligro de "descuajaringarse" y volvían difícil su transportación.

Con algún billetito donado por los padres y acompañados del primo mayor íbamos a comprar a la tienda la careta del Viejo rubicundo con larga barba de algodón. Un empleado se encargaba de proporcionarnos el aserrín o la viruta que regalaban en carpinterías y aserríos, y los detonantes que se adquirían donde el italiano Zunino. Mientras tanto, con una agujeta de bastear colchones de lana de ceibo, íbamos uniendo costuras de camisa con pantalón. Las manos se dibujaban en cartón y se recortaban cuidadosamente para adherirlas a los puños.

Si la confección se mantenía dentro de los clásicos esquemas el atuendo del Viejo debía llevar algo prestado: generalmente sombrero con marca "se devuelve"; algo nuevo: una corbata que a ruegos le sacábamos al tío Octavio. Y al irle dando la forma, no podíamos olvidar los puñados de sal en grano para volver más crepitante su cuerpo al momento del encuentro con las llamas. Curiosidad Infinita - Conocimiento y curiosidades - Curiosidad Infinita - Curiosidad Infinita

martes, 13 de diciembre de 2011

Año viejo

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De todas las tradiciones que nos quedan, ninguna tan propia y original como nuestro querido Año Viejo. No sólo porque cautivos del sortilegio que dimana del fuego exterminador nos dejamos transportar hacia sus mágicos efectos, sino porque en la quema de ese monigote grotesco se encierra toda la simbología de un ritual ancestral, donde la muerte es vida y esperanza.

Así, mientras más duros y aciagos hayan resultado los últimos doce meses transcurridos, mayores serán las ansias de ver consumirse definitivamente al Viejo que los representa, para sentirnos después como aliviados de penas y preocupaciones y hasta cierto punto, purificados de todo pensamiento negativo que nos impida mirar con optimismo hacia el futuro.

Su origen y su marcada evolución
Esta costumbre que nos dejó explicada el Cronista Vitalicio Dr. Modesto Chávez Franvo en su obra "Crónicas del Guayaquil Antiguo" (II edición - Tomo I - pág. 358), arranca desde la época colonial con ciertas prácticas de carácter inquisitorial, impuestas por los religiosos españoles, "quienes solían fabricar unos muñecos grotescos llenos de paja, viruta, pólvora y cohetes -tal como los actuales Años Viejos- y colgados de sogas que atravesaban las plazas en los días de festividades religiosas, se les prendía fuego por la noche; meneándoles la soga para hacerles dar piruetas ante el deleite de la chiquillería y las buenas gentes del pueblo. Los "diablicos" eran otros muñecos de paja ensartados en largas varas, con los que corrían los pilluelos en torno a la plaza, causando peligro de incendio y repitiendo -según añade el cronista- una muletilla muy propia de esos tiempos, aunque a nuestro juicio resulte (a pesar de los siglos transcurridos) nada cristiana:
"Quémate judío
quémate hasta el hueso
que para tu crimen
poco es el infierno" (sic)
El paso de la fecha y su fijación definitiva en el último día del año, estaríamos situándola ya en el siglo XIX, tal como lo anotó el folklorólogo, cronista e investigador guayaquileño Rodrigo Chávez González (hijo de Chávez Franco), en una de sus reseñas periodísticas, al indicar que, cuando la epidemia de fiebre amarilla azotó cruelmente a los guayaquileños al finalizar el año de 1842, atendiendo a una medida sanitaria y para deshacerse de dolorosos recuerdos, éstos confeccionaron atados con prendas de vestir y objetos de sus deudos, no faltando quienes, siguiendo la costumbre anteriormente descrita, "quemasen al judío", todo lo cual se hizo el último día del año, a manera de simbólico holocausto para ahuyentar la peste fatal y la desesperanza.

Con el decurrir del tiempo, atado y monigote se volvieron uno solo. El pueblo se encargó del resto, repitiendo anualmente ese ceremonial y enriqueció la costumbre con la comparsa y el testamento, hasta volverla tradición. Curiosidad Infinita - Conocimiento y curiosidades - Curiosidad Infinita - Curiosidad Infinita

domingo, 11 de diciembre de 2011

El día de Navidad

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El 25, madrugábamos a saludar al pequeños Jesús que había nacido y sonreía acostado en la cunita de paja del pesebre. Y enseguida, a buscar los presentes que casi en éxtasis íbamos abriendo. Si de nuestra lista no había llegado todo, nunca reclamábamos. Pues, a nosotros nos enseñaron que Él traía lo que podía y aquello que faltaba, era lo que seguramente destinaba a criaturas menos afortunadas de la ciudad en quienes teníamos que pensar muy solidariamente como hermanos.

El día entero gozábamos dando rienda suelta a la imaginación. Las niñas sintiéndose pequeñas madrecitas, inventando voces humanas a las muñecas y estrenando los diminutos accesorios del hogar. Los varones jugando con sus pistolas sin intentar dar muerte de verdad a nadie. Hacían ruido con el rataplán de los tambores y cuando ya se habían cansado de usarlos, prestaban sus patines. Rodando nos deslizábamos por los portales, finalizando la jornada con sendos moretones en las rodillas y emociones muy intensas en el alma.

papa noel,santa claus, falsa navidad, consumismoFinalizando los años 50
En cuestión de tres décadas, aproximadamente, comenzaron a cambiar esas costumbres hasta convertirse en lo que hoy son: saludos en inglés; Papá Noel con su vestido nórdico de franela y barba postiza sudando en cada esquina; nieve de mentira que nunca caerá sobre nosotros. Mucho licor. Ajetreo. Competencia de regalos ostentosos entre adultos. Intercambios de marcas y precios.

Juguetes carísimos, monstruosos y hasta peligrosos artefactos de semejanza nada casual con mortíferas armas destructivas. Muñecas accionadas a pilas que traen sus diálogos grabados y no estimulan la imaginación. Inmensos árboles de plástico, luces, artificio, oropel, trajín, angustia, deudas y apenas un pequeño espacio para el que buenamente quiera acordarse del Niño de Belén.

Inmersa en un mar de confusiones la humanidad parece olvidar en estos días el verdadero origen y todo el significado que encierra la Navidad. nuestro país no se ha quedado al margen y por ello las cosas que vivimos en la infancia parecen a veces fantasías producto de nuestra imaginación.

Pero más allá de las presiones consumistas, de las corrientes alejadas de la espiritualidad, en cada hogar donde se persistan los verdaderos calores como la sencillez, la tradición y la armonía, la unión y el respeto fraterno, la fe cristiana, el amor y la felicidad de poder reconocerlos como supremos impulsos de vida, la celebración cristiana y universal del 24 de diciembre será una noche de paz y de amor, compartida íntimamente con los seres más queridos, como lo fueron aquellas inolvidables navidades que se quedaron para siempre en la memoria.

Paz en la tierra a los seres de buena voluntad.

Tomado del libro "Del tiempo de la yapa" autora Jenny Estrada.
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viernes, 9 de diciembre de 2011

Cena navideña y Misa de Gallo

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Preparando la cena de Nochebuena, nuestra madre escogía su mejor mantel y el delicioso aroma del pavo criollo inundaba la casa desde el mediodía, haciéndonos agua la boca mientras ayudábamos a pelar las nueces del relleno, hurtándonos unas cuantas pasitas a cuenta de la colaboración voluntaria. A las 10 de la noche, aproximadamente, el pan de pascua, los buñuelos con miel, el queso blanco en cuadritos, se ponían en los platones; el exquisito chocolate de La Universal, batido con molinillo pasaba de las jarras a las tazas y sentados alrededor de la mesa, padres, abuelos, tíos, nietos, invitados, compartíamos ese espacio de fe, de amor familiar y de amistad, todo con mucha sencillez.

misa de gallo, nochebuena, navidadLas procesiones y Misa de Gallo eran parte de las tradiciones navideñas. La gente del pueblo acudía a la iglesia con banda de música y padrinos, llevando al Niño engalanado sobre un charol o dentro de una cestita adornada con cintas y flores, para hacerlo bendecir. La misa era solemne y hermosa.

Al regreso, casi vencidos por el sueño, colgábamos las medias limpias cerca de la ventana y ubicando los zapatos junto a la cama, nos acostábamos esperando el aleteo del Ángel de la Guarda, a quien habíamos rezado implorándole la gracia de sentir la llegada del Niño Dios, portando los regalos a los que solo los niños teníamos derecho y no los recibíamos en Nochebuena, sino a la mañana siguiente, como mandaba el antiguo ritual. Curiosidad Infinita - Conocimiento y curiosidades - Curiosidad Infinita - Curiosidad Infinita

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Aquellas navidades

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Acercándonos a estas fechas tan ajetreadas de consumo, vamos a tocar el tema de como se celebraba la Navidad y el Año Nuevo hace algunas décadas atrás y recordar esos tiempos donde gran parte de las labores eran manuales y en familia; este tema lo vamos a separar en partes para que no se nos haga muy extenso.

Pensar en Navidad era un motivo de intensa conmoción emocional para cualquier criatura, porque ajenos a los compromisos de la actualidad, los habitantes de Guayaquil, más apegados a las tradiciones y a la vida del hogar, preparábamos el ánimo y el ambiente, de muy distinta manera a la que solemos hacerlo en el presente.

La carta y el nacimiento
Al comenzar diciembre, los pequeños nos poníamos a escribir la carta al Niño Dios, porque nos habían enseñado que los cristianos celebramos la natividad de nuestro Salvador y nada tenía más importancia en tales fechas como la conmemoración de este hecho especial que hace 20 siglos cambió el curso de la historia.

Ayudábamos a mamá, sacando cajas, comprando musgo, limpiando y remozando adornos. Poníamos el pequeño árbol de madera, forrando sus ramitas con papel celofán verde y azul con las cuales se coloreaban papeles de empaque abrillantados con purpurina para simular valles, montañas, quebradas y un cielo salpicado de estrellas recortadas de papel plateado de las cajetillas de cigarrillos Camel o Chesterfield.

Completaban la ingenua escenografía: casitas de barro o de cartón, soldados, pastorcillos, reyes magos, ángeles, corrales, laguna de espejo con patitos y la más variada fauna universal en torno al pesebre hecho con nuestras propias manos.

Por la noche, el conjunto iluminado ponía un halo divino que invitaba al tierno recogimiento y como al Niño Dios no le gustaban los chicos malos, desobedientes y peleones, ni los ociosos, desaseados y mentirosos, hacíamos lo posible por portarnos bien, sumando créditos para que nos lleven a la casa de los Parducci, donde el mejor Nacimiento de la ciudad quedaba expuesto para admiración de cuantos quisiésemos apreciarlo.

Los almacenes más elegantes también hacían el Nacimiento en las vitrinas. Y había un concurso de Belenes convocado por la Curia, así como representaciones teatrales alusivas a la ocasión. En el colegio de las monjas, cada grado tenía su pesebre, junto al cual cantábamos diariamente el Dulce Jesús mío, mi Niño adorado, Pastores venid y otros lindos villancicos mientras hacíamos avanzar a los magos y a los pastores.

Continúa... Curiosidad Infinita - Conocimiento y curiosidades - Curiosidad Infinita - Curiosidad Infinita

martes, 6 de diciembre de 2011

Fiestas de Quito

panecillo, Quito, virgen del panecilloEl milenario Quito, luz de América, cumple hoy 477 años de fundación española, muchos turistas nacionales y extranjeros visitan la capital del Ecuador para celebrar sus fiestas y disfrutar del arte y la cultura que esta linda ciudad ofrece.

Fundación de Quito
En la memoria colectiva, la fundación de Quito se remite a los tiempos legendarios de Quitumbe y sus primeros habitantes los Quitus, que más tarde se fusionaron con los Caras. La historia de Quito no empieza ni termina con la llegada de los conquistadores españoles, cuya presencia, a no dudarlo, constituye un importante hito en el curso de la milenaria trayectoria vivida por nuestro pueblo.
Inmediatamente después de la victoria del Soberano quiteño Atahualpa sobre los Incas, llegaron a Cajamarca los conquistadores españoles dirigidos por Francisco Pizarro y Diego de Almagro.


Uno de los miembros de la expedición fue Sebastián de Benalcázar, nombrado Teniente de Gobernador de San Miguel de Tangarara próximo a Túmbez, quien pronto se informó sobre la famosa ciudad de Quito así como las noticias sobre el viaje de Pedro de Alvarado desde Guatemala. Esta dos referencias indujeron a Benalcázar a dejar San Miguel y encaminarse hacia el norte a la cabeza de unos doscientos soldados.

A marchas forzadas avanzó por el callejón interandino; en el camino estuvo a punto de ser derrotado por los bravos defensores de Quito liderados por Rumiñahui, quienes no lograron vencerlo a causa de una erupción volcánica, que desarticuló la acción indígena.


Plaza de San Francisco de Quito
plaza san Francisco de Quito
En medio del desconcierto Rumiñahui ordenó arrasar la tierra, incendiar la ciudad y esconder sus tesoros, de tal forma que Benalcázar solo encontró cenizas y avanzó hasta Cayambe donde saqueó un templo.

El 12 de julio de 1534, Diego de Almagro desde Quito ordenó a Benalcázar reintegrarse a la disciplina de las huestes conquistadoras. Retornaron hacia el sur y juntos en agosto de ese mismo año acamparon en la llanura de Riobamba o Riobamba a orillas de la laguna de Colta, donde el 15 de agosto de 1534 Almagro fundó la ciudad de Santiago de Quito, como acto de conquista para consolidar sus derechos frente a la presencia de Pedro de Alvarado.

A punto estuvieron de enfrentarse y combatir las tropas de Almagro contra las de Alvarado, más el buen juicio evitó derramar sangre y tras un acuerdo quedaron en paz. Poco antes de regresar al Perú para hacer efectivo el convenio, el viernes 28 de agosto de 1534, Diego de Almagro funda una nueva ciudad, a la que pone por nombre San Francisco de Quito, para que sea instalada en la ciudad indígena de Quito, ubicada a unas treinta leguas de distancia.

Con el propósito de establecer la nueva ciudad, su primer Alcalde ordinario Juan de Ampudia partió hacia el norte, y poco después, el 8 de septiembre, con similar propósito también se encaminó hacia ella Sebastián de Benalcázar.

Ampudia dirigió los trabajos de reconstrucción de la capital de los Shirys. Benalcázar llegó a Turubamba el 4 de diciembre y luego de descansar un día, el domingo 6 de diciembre de 1534 hizo su entrada a Quito y de inmediato dispuso que el escribano Gonzalo Díaz de Pineda notifique a los alcaldes para proceder a instalar en debida forma el Cabildo de la ciudad.

Así, conforme las actas y la minuciosa recapitulación hecha por el Dr. Ricardo Descalzi en su obra "La Real Audiencia de Quito claustro en los Andes", el 6 de diciembre de 1534 Benalcázar instaló la ciudad de San Francisco de Quito, fundada el 28 de agosto del mismo año por Almagro.

El 8 de Septiembre de 1978, Quito Declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.

y como decía Don Evaristo... Que viva Quito mis chullas!!!


fuente: http://www.efemerides.ec/1/dic/quito_1.htm
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lunes, 5 de diciembre de 2011

Entre el carbón y el gas

Localizado en el centro de la cocina o en una estratégica esquina, se encontraba -aún en nuestras casas mixtas- el fogón. Su estructura de madera, de forma rectangular, estaba sostenida por cuatro patas fuertes sobre las cuales se asentaba el cajón relleno de barro o cemento. La cavidad central, formada con ladrillos, era el espacio destinado a recibir leña o carbón. A manera de soportes para ollas, cazuelas y sartenes, se colocaban varillas de hierro atravesadas; y pedazos de hojalata para cubrir los recipientes, haciendo efecto de horno al poner las brasas encima.

La candela se prendía al amanecer, usando una mechita de trapo empapada en kerosén y soplando con el abanico de paja. A eso de las seis de la mañana, el fino aroma del café pasado, fundido con el de tortillas de maíz, las torrejas de choclo con queso o el simpar bolón de verde con chicharrón, daban los buenos días en el desayuno. Momento del primer encuentro familiar.

¡Carbón, Carbonerooo!
Pregonando y haciendo rítmica percusión con una lavacara vieja atada a su tiznada carretilla, el carbonero, personaje típico de nuestro folklore urbano, circulaba en cada barrio, entregando regularmente su carga, la misma que se adquiría por sacos o por "lavacaradas", según el nivel de la clientela. La calidad nunca se discutía, por que ese carbón venía desde las islas del Golfo y era producto de aquellos mangles que por siglos cuidaron don Goyo y sus parientes, hasta que unos intrusos insensatos los destruyeron para instalar camaroneras.

La comida preparada en fogón tenía mucho sabor de nuestra tierra, pero había que bregar algunas horas para lograr un buen estofado, un sancocho blanco o el rico cocolón que desapareció con el carbonero, de quien nunca supimos nombre, edad ni color verdadero, por que vivió mimetizado a su costal y se alejó de nuestros barrios para seguir laborando en áreas marginales de la ciudad, cuando otro combustible se adueño de nuestras vidas.

La cocina de kerosén
Importadas por conocidas casas comerciales, se popularizaron hacia finales de los años 40, las novedosas cocinas de kerosén, combustible repartido también a domicilio en forma semanal- Al llamado telefónico acudía una camioneta de los distribuidores. Subía un hombre con gran embudo de hojalata y un tanque de 5 galones que vaciaba en el depósito adquirido para el efecto. De éste, la cocinera se encargaba de trasvasarlo a la poma de vidrio que alimentaba los quemadores de las hornillas, cuyo encendido demandaba preliminares con categoría de curso para maniobras especiales:

Primero: abrir la llave para el paso del kerosén. Segundo: levantar el filtro para comprobar que la mecha esté mojada. Tercero: acercar el fósforo y una vez avistada la llama, volver el filtro a su lugar. Si por algún descuido la llama se apagaba, ¡mayúscula conmoción en la cocina!

El humo negro con fuerte olor lo impregnaba todo. Las ollas de aluminio se tiznaban. El arroz, la sopa, la colada, los maduros fritos, el cake, perdían su sabor original. Los platos servidos regresaban a la cocina. Las señoras renegaban. Las cocineras se resentían y ni los perros querían comerse esa comida, con sabor a kerosén.

Algunas familias que habíamos adquirido cocinas marca "Nesco", llamábamos donde Maulme y del departamento técnico enviaban al Sr. Coronado, gentil experto que se tomaba su tiempo limpiando quemadores, filtros cañerías e instruyendo debidamente al personal, para poner una lata debajo de la olla del arroz y evitar que se ahúme; para no encender la mecha embebida; para no tocar los alimentos con las manos sucias de Kerosén. ¿Se imaginan Uds. ese embrollo que les tocó soportar a nuestras madres?

¡Ya viene el gas!
En el año de 1957, Manabí Exploration y Tennessee del Ecuador, empresas que operaban en nuestra zona peninsular, atendiendo el pedido de la compañía DOMOGAS (firma de capitales italianos), comenzaron la producción del gas licuado de petróleo que sería distribuido en cilindros importados de Italia, junto con las primeras cocinas marca "Ligmar". Con el propósito de organizar la producción, el envasado del gas y la capacitación del personal ecuatoriano, DOMOGAS, eligió a dos jóvenes expertos de su planta en Palermo, Italia, y les propuso viajar al Ecuador, Michele Florentino y T. Nino Salvatore,  aceptaron y se trasladaron por vía marítima hasta este punto de América, siendo destinados el uno a Quito y el otro a Guayaquil.

Testimonio del pionero
Cuenta el Dr. Nino Salvatore, que el día 19 de abril de 1957, después de trasbordar del vapor "Marcopolo", fondeando frente a la isla Puná a la lancha que lo conduciría a Guayaquil, se sintió sobrecogido por las extraordinarias dimensiones del río, a cuyas aguas se sumaron las de un aguacero torrencial por efecto del aguaje, las calles cercanas a la orilla estaban inundadas y al dejar el muelle fiscal, tuvo que hacer lo que otros viajeros: sacarse los zapatos y caminar descalzo hasta encontrar un tazi que lo quisiera llevar.

Le tocó operar en la planta" El Tigre", ubicada entre Ancón y Atahualpa, donde entrenó a los primeros obreros en sistemas manuales de envasado del gas, mientras ideaba la estrategia de apertura de mercados. La carga de gas costaba entonces 8,00 sucres el kilo (no subsidiado); los cilindros se alquilaban en 200,00 sucres anuales y no obstante las gangas que la empresa ofrecía, eran muy pocas las personas dispuestas a cambiar su cocina y a experimentar un sistema tan distinto.

Con una cocineta bajo el brazo y el cilindro al hombro, Salvatore recorría los barrios residenciales. Tocaba puertas para efectuar demostraciones de las bondades de este combustible. El primer mes vendió una cocina a la señora María Pía Guerrero de Varas. Luego fueron tres al mes y así sucesivamente, venciendo enormes resistencias.

Mas, si las amas de casa iban deponiendo prejuicios temores, las cocineras le declararon la guerra. Acostumbradas a dejar abierta la llave del quemador de kerosén, mientras buscaban el fósforo para encender la hornilla, aplicaban el mismo procedimiento a la cocina nueva, produciendo una pequeña explosión que las hacía huir despavoridas para caer de rodillas implorando a Dios la destrucción de este invento infernal que hasta apestaba a eructo del diablo. Preferían retornar al fogón, amenazando con dejar el trabajo si el italiano volvía por la casa.

Don Nino no se amilanó. Siguió cumpliendo instrucciones de la empresa y bastaron pocos años para convencernos de que el gas de uso doméstico era un verdadero elemento de progreso. Aligeraba y aliviaba notablemente las tareas domésticas; disminuía el deterioro ecológico y al extender su consumo hacia otros puntos del país, creaba muchas fuentes de trabajo entre envasadores, distribuidores, repartidores, etc., etc.

A pesar de tratarse de un combustible de alto riesgo, hemos aprendido a utilizarlo bien (salvo excepciones). Y no hay un punto del Ecuador, donde no se conozcan sus bondades. Cilindros, cocinas, hornos industriales, etc., se fabrican en nuestro país. De los dos italianos pioneros, Salvatore (que en los años de lucha se quedó sin pelo) fundó su propia empresa Duragas, con la que se hizo rico y continuó generando progreso, a través de plantas industriales para envasado del gas de Guayaquil, Quito, Esmeraldas, Manabí, El Oro y Loja. Manejando una bien concebida red de distribución a escala nacional, logró que nunca sufriéramos desabastecimientos ni retrasos... Años después, vendió la empresa y ahora vive de las rentas... Y pensar que hace 40 años todavía mucha gente no quería saber nada del gas... Curiosidad Infinita - Conocimiento y curiosidades - Curiosidad Infinita - Curiosidad Infinita

sábado, 3 de diciembre de 2011

Alfaro Vive ¡Carajo! del sueño al caos - Documental

Alfaro Vive ¡Carajo! del sueño al caos
Ecuador, 2007, documental
95’, 35mm, color

Dirección: Isabel Dávalos
Producción: Sebastián Cordero
Fotografía: Iván Mora 
Sonido: Mateo Herrera
Idioma: Español
Subtitulos: Inglés


Sinopsis

Esta película cuenta lo que la historia oficial trató de olvidar. Entre los años 1983 y 1988, Alfaro Vive Carajo (AVC) era un grupo guerrillero que estaba en su apogeo en el Ecuador. Se escuchaba historias espectaculares sobre hombres que robaban bancos vestidos de monjas, pero también sobre torturas y desapariciones a manos de la policía. Se vivía con miedo. Leon Febres Cordero, el presidente entonces, había prometido durante su campaña electoral “eliminar“ a la guerrilla. La intimidación que practicaba la policía en las calles era común y sus vehículos eran omnipresentes en la ciudades del Ecuador. Las historias de familias que sacaban a sus hijos adolescentes del pais de la noche a la mañana circulaban en todo lado. El documental muestra uno de los acontecimientos más dolorosos de la década de los ochenta en el Ecuador con testimonios y entrevistas a los sobrevivientes de una historia jamás contada.

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jueves, 1 de diciembre de 2011

La portavianda

comida, portavianda, comida popular, tradicion
La costumbre de reunirse al mediodia o al atardecer en los salones, confiterias y restaurantes elegantes ubicados a lo largo de la avenida Nueve de Octubre, fue algo muy propio de la ciudad desde comienzos del siglo XX y en esto tuvieron mucho que ver los inmigrantes europeos, deseosos de innovar, aportando al medio las costumbres de sus países de origen y aprovechando comercialmente el clima tropical favorable para el desenvolvimiento de tal tipo de actividades.

Mimbres y bejucos entretejidos, espejos con marcos dorados, consolas talladas, sonoro piano vertical entre el espacio de bar y comedor, mesitas de hierro forjado con cubierta de mármol, sillas vienesas ubicadas en soportales y aceras, protegidas por el discreto encanto de las toldas en declive hacia el filo de la calle. Así recordamos al Fortich (9 de Octubre y Baquerizo Moreno), sitio predilecto de nuestros padres y abuelos. En la esquina opuesta, en otra categoría, el Petit Niza, de los italianos Forestieri. Y pasando Boyacá, el Salón Rosado atendido por don Alfredo Czarninsky. La palma y La Colmena de los catalanes Costa y Peré (respectivamente) en la calle Luque. Después, el Salón Costa de don Martín Costa Colominas y frente a frente, el Flamingo, también en el bulevar.

Hacia 1950, se abrieron las primeras fuentes de soda modernas Milko Bar, Bongo Bar, Monterrey, Ford del Astillero y Ford de la carretera a las playas, donde la juventud porteña acudía puntualmente a la cita vespertina para conversar y saborear los novedosos milk shakes, los sorbetes de licuadora y los sánduches calientes de queso o de jamón.

Salir a comer en restaurantes era todo un acontecimiento, prefiriéndose estos sitios para los banquetes de graduación, despedidas de viajeros, de solteros y otras ocasiones especiales. La gente guayaquileña -por lo regular- comía e invitaba a comer en su casa, y de preferencia platos criollos en los cuales las amas de casa y las cocineras costeñas se lucían, recibiendo honores de verdaderas artistas.

comida, portavianda, comida popular, tradicionGracias a esa cualidad
Escasamente preparadas para todo tipo de labores, muchas viudas, mujeres abandonadas, señoras y señoritas de familias respetables, venidas a menos por falta de dinero, hicieron de esta habilidad una fuente de recursos, preparando y ofreciendo a precios módicos, hayacas, bollos, tamales, humitas, los días sábados; y viandas diarias a domicilio para empleados de oficinas, personas sin servicio doméstico, ancianos y enfermos.

A golpe de mediodía, un enjambre de chiquillos contratados para el efecto, circulaba llevando las portaviandas de dos y tres pisos que al pasar esparcían los aromas del sancocho blanco, la ensalada de aguacates, el chupe de corvina, la miga de zapallo, el sango de verde con cabeza de camarón machacado, los muchines con miel de caña y el infaltable quáker con naranjilla que se envasaba en botellas bien lavadas o en frascos apropiados con tapa de presión.

Eran tan abundantes las porciones despachadas, que de cada portavianda alcanzaban a nutrirse dos personas. Y tenían tanta calidad esas comidas, que sólo con olerlas al andar a uno se le abría el apetito y apuraba el paso a fin de llegar rápido a casa para saciar el requerimiento meridiano con cualquiera de tantos maravillosos sabores donde la yuca, el plátano verde, el maní, la papa, el pescado, el choclo tierno hacen las delicias de nuestro ansioso paladar.

Gajes de oficio
Muchas ocasiones los mensajeros tropezaban y el contenido de las portaviandas iba al suelo con el consiguiente lamento del pobre mortal. Y ojos que no ven, corazón que no siente, el muchacho recogía lo que podía. Eran gajes del oficio y vaya usted a saber lo que los comensales se servían ese día.

Otras veces, las distancias los obligaban a tomar autobús, del cual bajaban con un pedazo menos de maduro asado, la mitad de la torreja, el frasco de quáker en soletas y el resto a punto de desaparecer, por acción de manos comedidas que les sostenían el encargo mientras el chiquillo se apeaba al andar.

Ahora ya no hay esos problemas. Las tarrinas plásticas herméticas han reemplazado a las portaviandas. Los restaurantes de autoservicio nos permiten seleccionar en cuestión de pocos minutos un menú completo (aunque se repita todos los días). A buen hambre y poca plata, basta una hamburguesa suculenta, un hot dog embadurnado con ketchup y mayonesa o un sánduche de chancho con cuero mantecoso, acompañados de gaseosa bien helada.

Claro que el alimento de esquina de sano no tiene nada. Tampoco los sabores se parecen a lo que fueron nuestras comidas tradicionales. La portavianda, otrora un puntual de subsistencia para preparadoras, repartidores y comensales, ha desaparecido de la faz urbana, para quedar como símbolo de abnegación familiar en cárceles y campos.

Dos casas flacas de esas de una sola lumbre y tres pisos de altura, a las que la gente llamaba portaviandas, también se han sustituido por modernos edificios de cemento. Y no les anoto las direcciones ni los nombres de sus antiguos propietarios para que se pongan a trabajar la memoria... ¡Cuidado con la arteriosclerosis, mis amigos! Curiosidad Infinita - Conocimiento y curiosidades - Curiosidad Infinita - Curiosidad Infinita

sábado, 26 de noviembre de 2011

¡Cangrejo, grejo!

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Vinculados ancestralmente al mar y a la riqueza ictiológica de nuestros ríos, los costeños -y creo que la mayoría de los ecuatorianos- sentimos predilección por los mariscos, de los cuales poseemos inmensa variedad, tanto de los provenientes del océano, como de los que todavía se multiplican en la red hidrográfica más importante del Pacífico americano, que es la cuenca del río Guayas.

Corvinas, pámpanos, chernas, guayaipes, lenguados, dorados, picudos, atunes, pargos, lisas con gusto a brisa marina, yodo y sal. Robalos, bocachicos, damas, dolas, bagres, guanchiches, viejas y corvinas de río, son algunas de las decenas de sabores asociados a la alimentación que nuestros antepasados incluyeron en su dieta diaria junto a moluscos y crustáceos provenientes de los manglares del Estero Salado y sus numerosísimos ramales.

El rey del Ecosistema
En el estuario del Guayas y en las islas del Golfo de Guayaquil, amparado por la presencia señorial de los manglares habita Gercacinus Ruricola, popularmente conocido como el cangrejo rojo de manglar, cuya deliciosa y apetecida carne lo ha convertido en el perseguido rey de un ecosistema extraordinario, poniendo en peligro su existencia.

Vive metido en cuevas de lodo que cava con sus patas a profundidades de 60 y hasta 80 centímetros y sale únicamente en busca de alimento; de novia, en tiempo de apareamiento, o forzado por sus capturadores, los cangrejeros de las islas, de quienes intenta defenderse utilizando sus poderosas manos de tijera. Atrapado y ensartado junto a otros hermanos de infortunio con los que forman un atado, es negociado por intermediarios que lo transportan a la ciudad, donde pasa a manos de vendedores, ubicados en sitios estratégicos de la urbe, y de ahí a los consumidores que gozamos sacrificándolo para echarlo a la olla, donde se transforma en delicioso manjar, alrededor del cual iniciamos un bullicioso y concurrido festín, generalmente nocturno.

cangrejo, cangrejero, cangrejada, mariscos, crustaceosLas costumbres eran otras
Remontándonos a cercanos recuerdos, comentaremos a nuestros descendientes que los cangrejos, apetecidos desde épocas remotas, sólo se consumían en los meses con r. Esto es: enero, febrero, marzo, abril, septiembre, octubre, noviembre y diciembre. Absteniéndonos de sacrificarlos en los meses sin dicha consonante, por ser "tiempo de muda" como decían los abuelos, en respeto al ciclo de apareamiento, reproducción y crecimiento, que nos garantizaba la supervivencia de la especie y el disfrute de los carapachos gordos, las manos de boxeadores y las pechugas bien carnudas.

Las canoas que apegaban al Mercado Sur descargaban su mercancía por la tarde para negociarla con los mayoristas y éstos a su vez con los vendedores al detal, quienes portándolos en los extremos de largas varas de mangle, salían a vocearlos por los distintos barrios al perfilarse la noche, entonando ese pregón tan porteño y tan antiguo: "Cangrejo - grejo" - "Cangrejo gordo, cangrejero"...

De las casas se los llamaba y ellos se acercaban a los zaguanes para dejarnos escoger los mejores atados. No había al cuál quedarse, por que entonces todos los atados eran buenos y su costo no rebasaba los 5 sucres (para que no olviden cómo se llamaba nuestra moneda). Eso sí, por muchas que fuesen las ganas, así se muriese de antojo una pipona, a nadie se le hubiese ocurrido matarlos y comerlos por la noche.

cangrejo, cangrejero, cangrejada, mariscos, crustaceosLos cangrejos amanecían vivitos en el lavadero de la cocina, cubiertos con un mantel húmedo, y era a la mañana siguiente, cuando las cocineras les daban vire para irlos echando a la olla con agua aliñada a base de comino, culantro, ajo, pimienta picante en grano, cebolla blanca, etc.

A la hora del almuerzo ponían la gran fuente en el centro de la mesa familiar y empezaba el golpeteo, el chupeteo y el ajetreo por acaparar los más gordos y pesados. Luega venía la ensalada de cangrejo o el arroz con cangrejo; rematando la fiesta grastronómica con los exquisitos carapachos rellenos de maduro o de pan dulce.

Cambio del ceremonial
No sé si por cangrejos o por sabios, nuestros viejos siguieron esas costumbres, que al entrar la década de los años 60, nosotros cambiamos completamente, cuando pusimos de moda las cangrejadas entre amigos, eligiendo las horas de la noche para efectuar las faenas que preceden a nuestro ceremonial actual.

A eso de las 20h00 comienzan a llegar los convidados. Compadres del alma, compañeros de estudio o de trabajo, primos, vecinos, invitados especiales, entre los que se cuentan, novios, consuegros y socios en perspectiva.

Despojados de todo prejuicio y protocolo, armados de pequeñas piedras de río, mazos y tablillas de madera, toman posiciones en la mesa que para la ocasión ha cambiado su mantel habitual por una cubierta de periódicos y algún sencillo cobertor.

Atrincherados con la botella de cerveza bien helada, el ají y cuanto aderezo se nos antoje a preparar en cada casa. Perdiendo toda finura, la concurrencia se abalanza sobre la fuente. Todos golpean, mascan, chupan, absorben, paladean, patas, panzas y carapachos. Todo marcha con singular rapidez y estilo propio.

Música de salsa a buen volumen y algarabía de conversaciones cruzadas sobre fútbol, política, economía. Chismes, chistes, anécdotas, confidencias, condolencias y reclamos, matizan esas noches de San Viernes que pueden prolongarse sin problemas, porque una cangrejada guayaca es cosa seria. Si no, pregúnteselo a los porteños y a los invitados que la aprendieron a disfrutar en nuestras mesas. Por eso es preciso velar por la supervivencia de ese y otros tesoros que nos regala el manglar. Ya vienen los meses sin "r" y por algo sería que antiguamente, nuestros mayores nos enseñaban a respetar ese ciclo de veda natural... Curiosidad Infinita - Conocimiento y curiosidades - Curiosidad Infinita - Curiosidad Infinita

jueves, 24 de noviembre de 2011

La Papirusa

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La conocí ya trajinada cuando el exceso de peso confería un bamboleo nada sensual al paso de su robusta anatomía. Estatura regular. Piel canela clara, pelo tirando a lacio, teñido de rubio circo para ocultar seguramente las canas prematuras y una sonrisa picaresca acompañando al saludo que a corta distancia hizo a mi padre.

-Esa es la famosa Papirusa- diría él, iniciando su lacónica respuesta en un tono que quiso ser solemne para satisfacer mi curiosidad de niña impertinente, pero que, lejos de ubicarme en la realidad, puso ribetes de leyenda en torno al personaje cuya imagen, como la de algunos otros protagonistas de aquel tiempo, se grabó en mi memoria infantil.

Más tarde, ya adulta intentando analizar también las desviaciones que van tipificando a las épocas y que es imposible ignorar, cuando se trata de la conducta social en todo su contexto, "La Papirusa" volvió a inquietarme y fue entonces cuando recurrí a informantes de primera mano, en busca de datos que, sin prejuicios ni perjuicios, les voy a transcribir.

Un sobrenombre especial
Criollita, garbosa, inocente y alegre, Hortencia Benavides, hija de una lavandera al servicio de la casa rica, en cuyo ámbito se crió adquiriendo modales delicados fue con toda seguridad .y como lo mandaba la vejatoria costumbre-, la prensa más cercana para el debut de los machitos de la familia. Crisálida estropeada, abrió sus alas de atractiva mariposa y decidió volar bien alto, para obligarlos a reverenciarla en el terreno que los sabía débiles y que ella había elegido para reinar.

Le precedían en tales afanes, "La caballo de paso" y su joven hija "La potranca", instaladas por la calle Quito, entonces considerada zona roja, desde que don Aquilino Martínez puso a funcionar los primeros cabarets (burdeles) o salas de baile de la ciudad. Inteligente y sagaz, Hortensia prefirió trabajar sola. Alquiló el departamento de la planta baja en el inmueble situado en la calle Francisco de Paula Ycaza, entre Boyacá y Escobedo, lo arregló con atractiva sencillez y empezó a ejercer discretamente.

No pasó mucho tiempo para que el lugar y su dueña se viesen frecuentados por lo más selecto (?) de la "masculinidad" porteña. Políticos, banqueros, profesionales, intelectuales, comerciantes, niños bien y niños mal, estudiantes universitarios, y hasta un ex-presidente de la República, aspiraban a sus favores, como si de ella dependiese el visto bueno para graduarse de hombres, autoconvencerse de sus capacidades y alardear de ser muy machos... casa afuera..., como imponían, las normas de masculinidad.

Conversadora, alegre sin ser vulgar, cariñosa, paciente y siempre discreta, atenta a cualquier hora (sólo con quienes ella escogía), Hortensia era una celebridad y así la recuerdan sus ex-clientes, uno de los cuales, seguramente cautivado por la voluptuosidad de sus encantos, le puso el sobrenombre de "Papirusa", voz del lunfardo argentino que decir: muchacha linda, con el que ella pasaría a la prosperidad.

Aunque existen otras versiones de su apodo, quedémonos con el anotado, para seguirla en su ruta de ascenso hacia el más alto escalón.

prostitutas, putas, callejeras, golfas, papirusaFama, fortuna y amor
Dueña y señora de su oficio, depositaría de íntimos secretos del grupo dominante, "La Papirusa" desafiaba la hipocresía del medio. Gustaba pasearse en carro descubierto por la avenida Nueve de octubre, siempre al atardecer mirando a quienes fingían no conocerla, para seguir aparentando ser novios o esposos fieles. Por ese tiempo había incorporado a "La Bicicleta", muchacha que la ayudaba, despuntando con mucho éxito. Y si consideramos que el dólar valía 10 sucres, la tarifa de 50 sucres que cobraba la señora, era una suma respetable.

En el apogeo de su fama, fue a parar a Vinces, enamorada de un millonario cacaotero que la cubrió de elegancias y le alegró el corazón, pero cuando consideró procedente, la despidió sin decirle gracias ni tampoco ayudarla a solventar su subsistencia. De vuelta a lo suyo, comenzó a pensar en el futuro e invirtió sus ahorros en la construcción de una casa, situada en las calles Coronel y Venezuela, donde más tarde albergó a sus protegidas y ya en el plano de empresaria ejecutiva, abrió los servicios del primer "Motel" de la ciudad, no identificado con tal nombre, pero sí con idéntico quehacer.

Afectada de cáncer y la próxima a morir, fue atendida por sus pupilas a quienes solía aconsejar repitiéndoles maternalmente:
-Hijas, guarden platita, que en cuanto envejecemos, los hombres ya no nos quieren pagar.


Se despidió de este mundo hace aproximadamente 40 años. Y si hoy pudiese abrir sus ojos, pensaría que resucitó en el lugar equivocado. Puesto que la misma sociedad se atrevió a señalarla con el dedo, registra índices de prostitución alarmantes desde las más elegantes esferas sociales hasta los más pobres estratos femeninos. Mientras que en los asuntos de los hombres, campea la confusión del "unisex", y muchos de esos que presumen ser machos re-machos, apenas se oculta el sol, se caminan con sus elegantes vehículos hacia la calle Primero de Mayo, en busca de mariposones y travestis que se exhiben con descaro, vestidos de mujeres por las noches, vendiéndoles sus favores en ese y otros barrios de Guayaquil.

...¿Qué te parece, Papirusa?

tomado del libro Del tiempo de la yapa, aut. Jenny Estrada

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martes, 22 de noviembre de 2011

Los afiladores

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Los afiladores
Con el sonido de un pequeño rondador metálico, despertaban hasta los gatos más ociosos. Corrían las cocineras, los carniceros, las costureras, los peluqueros, las abuelas y las madres en busca de sus cuchillos, tijeras, navajas, machetes, etc., mientras nos mandaban a llamarlos.

Accionaban un artefacto raro, movido a pedal, con una rueda de esmeril de la que sacaban chispas con el metal. Estos no se han extinguido, sé que andan por ahí. Los necesito como muchos de ustedes, y por favor si los ven, mándelos a mi casa :)

No hay afilador eléctrico, ni truco de programa de cocina por TV, ni consejo de revista que sea tan efectivo como el trabajo de esos hombres. Únivos sobrevivientes de oficios que se acabaron cuando el progreso llegó y el consumismo nos mal enseño a botar las cosas usadas que pueden repararse para continuar utilizándose, pero que un pueblo pobre como el nuestro prefiere reemplazar por otras nuevas al menor síntoma de vejez. Y aunque esto sea lo que hacen los demás, yo sigo esperando a un afilador que me salve tres cuchillos de esos que ya no se encuentran , con hoja de acero doble y fuertes de verdad.

¡Mandenme al afilador! Curiosidad Infinita - Conocimiento y curiosidades - Curiosidad Infinita - Curiosidad Infinita

domingo, 20 de noviembre de 2011

Las zurcidoras

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Las zurcidoras
Un cartel manuscrito pendiendo de la ventana, determinaba su presencia en las zonas residenciales "Se cogen puntos de medias". Más adelante, las zurcidoras se ubicaron en los quioscos adosados a los estantes del correo, donde llovía la clientela femenina. Sus madres habían trabajando para la generación de las medias de seda, que después de cada baile a ritmo de Charleston, se las confiaba para su reparación. Cuando llegaron las medias nylon, el trabajo de las zurcidoras se multiplicó y su acción manual se fue complementando con una pequeña maquinita que aprendieron a manejar con increíble destreza y rapidez.

Las medias nylon eran importadas y su costo, en relación a otras piezas del vestuario, resultaba bastante elevado. De modo que, cuando se corría casualmente un hilo y cuando se enganchaban  las medias en las sillas de mimbre o en los asientos de los taxis en mal estado, acudían al correo en busca de Marujita, Adelita o Juanita, para encomendarles la compostura. Las zurcidoras recibían decenas de medias cada día y su trabajo era de primera. Solo que en ocasiones, las medias que habían dejado limpiecitas, no eran las mismas que se entregaban arregladas. Cosa que se detectaba en casa, por el cambio de la "rancia esencia" que indicaba pertenencia de otra dueña.

De las medias masculinas y de las medias de los colegiales se encargaban las abuelas, que foco en mano, pasaban y repasaban tenues hilos en los huevos de puntas y talones. Igual cosa hacían las costureras contratadas a domicilio, para los remiendos y zurcidos de blusas y vestidos de seda, camisas de hilo fino, virada de cuellos, bajada de hilvanes, etc, etc.. Hoy la industria nacional ha abaratado y masificado notablemente el uso de pantymedias, y como el ahorro ya no se estila, cuando se corre un hilo de la media, se lo detiene temporalmente con barniz de uñas y finalmente se tira la prenda a la basura. Curiosidad Infinita - Conocimiento y curiosidades - Curiosidad Infinita - Curiosidad Infinita

viernes, 18 de noviembre de 2011

El hojalatero

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El Hojalatero
Éste no venía a las casas por que tenía puesto fijo. Su oficio lo practicaba por tradición y eso significaba que había que ir a buscarlo donde el gremio tenía sus asientos.

Las hojalaterías de la ciudad quedaban por la calle de Villamil que hoy cubre el congestionado sector de las bahías, existiendo otros notables talleres en la calle Chimborazo al salir a avenida Olmedo y por la calle Francisco García Avilés.

En ellas se fabricaban cedazos y rallos, regaderas para el jardín, baldes galvanizados, las tinas que reemplazaron a las tradicionales confeccionadas de pechiche, los candiles, los faroles, los moldes para las tortas, las boquillas para los decoradores de las reposteras que estos hábiles artesanos trabajaban sobre pedido, complaciendo los gustos más exigentes. Y juguetes que pintaban con colores chillones para sacar a la venta en Navidad.

Con la importación de artículos de acero inoxidable, el quehacer del hojalatero fue perdiendo valor, terminando por considerarse anacrónico al entrar en producción las primeras fábricas de plástico termoformado y plástico rígido. Los maestros abandonaron el oficio y esas hojalaterías cerraron al promediar la década de los años 60. Su ruidosa presencia ni siquiera fue extrañada por los vecinos del barrio. Nadie en la ciudad les dijo gracias, a quienes tanto nos sirvieron. Curiosidad Infinita - Conocimiento y curiosidades - Curiosidad Infinita - Curiosidad Infinita

miércoles, 16 de noviembre de 2011

El colchonero

El colchonero

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Aparecía en el verano, cuando los ceibos añadían al verde antediluviano de sus troncos y ramas, la hermosa floración que transformaba en nivea bellota, cubría de purísima lana vegetal el suelo de los campos peninsulares.

Esa lana, regalo maravilloso de la naturaleza, se utilizó desde época muy remota en la confección de los colchones, almohadas, cojines y más artículos de uso doméstico, en los que hoy entra de relleno la espuma química de polietileno. Y fue el dulce soporte de la pasión ardorosa con que nuestros antepasados acrecentaron sus familias, alcanzando tambien a escuchar las primeras intimidades de muchas parejas de actuales sesentones.

Armado de una agujeta, piola para coser los bordes y reata blanca para las bastas, el colchonero tocaba la puerta ofreciendo sus servicios, y como no faltaba en cada casa el clásico el colchón sin basta, su presencia era acogida de inmediato, señalándosele un lugar apartado de la casa o un patio para realizar la operación que implicaba: soltar todas las bastas, batir la lana, aumentarla, si fuera del caso, y volver a bastear hasta dejar el colchón como recién salido de la casa Villacrés Hermanos, pionera en la industrialización de colchones de lana de ceibo, cuyo almacén quedaba en la calle Diez de Agosto entre Pichincha y Pedro Carbo.

Cuando finalizaba su faena, el colchonero -que operaba con un pañuelo atado a la cara para proteger sus vías respiratorias y otro amarrado a la cabeza para cuidar su pelo- se iba sacudiendo con el trapo. Un reguero de pelusa lo seguía y nuestros estornudos le hacían coro a sus risas.

Los colchones retornaban a sus puestos con la amonestación materna de rigor:

-Ay del que vuelva a brincar en la cama y del que no avise cuando tenga ganas de orinar- Lo primero, dedicado a los aspirantes a cirqueros y lo segundo, a los niños más pequeños, por supuesto!

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lunes, 14 de noviembre de 2011

Oficios que se acabaron, el soldador

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Cuando evocamos periodos superados y proyectamos mentalmente las escenas que fueron parte de nuestro diario vivir, el trabajo de recrearlas en una crónica nos llena de grata emoción, y en ocasiones como la presente, nos lleca a revisar precedentes de una comunidad, donde la práctica de ingeniosos quehaceres permitió responder a las necesidades que el discreto sentido del ahorro fue dictando a nuestra sociedad pre-consumista, antes de que la enfermedad del despilfarro nos condujese a la alienación actual.

El Soldador
Pregonando su habilidad el hombre recorría la ciudad. Llevaba en su mano izquierda un fogoncito portátil, hecho de un tarro recortado y asa de alambre, lleno de carbones encendidos. En los bolsillos de su camisa de trabajo los pedazos de lija, un trozo de pez rubia, un frasquito con ácidos y barritas o alambres de aleación a base de estaño a la que gritaba a todo pulmón su melodiosa frase: "... Hay que soldáree..." y desaparecía dentro de algún zaguán para atender a la primera llamada.

Se sentaba en la escalera y preparaba su instrumental mientras aparecían las lavacaras, ollas, baldes, bacinillas, irrigadores, tazones, jarras, jarritos de fierro enlozado importado que hubiesen sufrido desportillamiento, mostrando lesiones de consideración. Tomando el objeto en sus manos, el soldador lo examinaba, pactaba el precio con la dueña y procedía a lijar el área afectada. Luego ponía unas gotas de ácido alrededor y frotaba con la pez. Enseguida, manejando el cautil con precisión de cirujano, aplicaba la soldadura (previamente puesta al fuego) y la pieza quedaba lista para ser sometida a prueba.

Al tiempo que trabajaba, conversaba explicándonos secretos de su oficio a los niños. Al marcharse dejaba en el ambiente el acre olor de sus elementos químicos. En nuestra mente, nuevos conocimientos. Y en la cocina, la batería en óptimas condiciones para prestar servicio por mucho tiempo más. Su pregón resonaba por las calles con bien timbrada voz:

-Hay que soldáree... Curiosidad Infinita - Conocimiento y curiosidades - Curiosidad Infinita - Curiosidad Infinita

sábado, 12 de noviembre de 2011

Curso de Kichwa (Quichua)

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El quichua, nuestra lengua madre, ha existido por miles de años en la cultura de nuestros pueblos y se ha convertido en patrimonio cultural ya que ha pasado su historia a través de generaciones en el tiempo. No solamente es un idioma, es una filosofía, un modo de ver la vida, y tratar a cada ser viviente para llegar a alcanzar el sumak kawsay o buen vivir.

Gracias a la Radio Publica del Ecuador, hoy podemos aprender gratuitamente (los muchos y muchas que no sabíamos donde aprenderla y estudiarla) ésta nuestra lengua autóctona, conocer más de nuestra historia, rescatar y difundir más nuestro patrimonio cultural y acercarnos más a nuestras comunidades.

Kichwa, quichua, curso gratis, aprender idioma, quechua, lenguas, los andes
Actualmente con un total de 111 lecciones de kichwa gratis, compiladas y listas para descargar: saludos, expresiones, alimentos, bebidas, hierbas medicinales, naturaleza y mucho más se van a tratar en cada una de las lecciones.

Esta es la primera lección, cada una de las lecciones tiene un espacio de explicación y de práctica sobre lo estudiado, incluyendo diálogos para reforzar lo aprendido.

Ahora, a aprender el Runa Shimi!

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jueves, 10 de noviembre de 2011

Los sencilleros

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Los almacenes del perímetro central, los caramancheles descritos y hasta los caminantes con sus pequeños charoles en equilibrio sobre la cabeza, observaban el código de buena conducta que norma y ampara la convivenciade toda sociedad civilizada. Más, creo que fueron los "sencilleros", quienes se llevaron las palmas en el ejercicio de un estilo comercial dentro del cual, la gentileza, el esfuerzo diario y la virtud del ahorro, fueron sólidas bases sobre las que muchos de ellos supieron levantar grandes fortunas.

¿Quiénes eran?
Por lo regular, inmigrantes recién llegados de origen árabe y judío que, deseosos de superar sus angustias económicas, emocionales y culturales, ajenos a los prejuicios del medio, se abrían paso, ayudados por otros paisanos con mayor tiempo de permanencia o por nacionales que les facilitaban el crédito, concediéndoles mercadería de importación, para la venta al detal.

Los árabes que se establecieron al finalizar el siglo XIX, tenían buenos almacenes de tejidos importados y en tales menesteres instruían a su gente. Entonces, con los cortes de tela al hombro, una vara de madera en la mano derecha y la pieza elegida como bandera abierta sobre el pecho, el sencillero se lanzaba a conquistar el puerto.

-A la bobelina barata, al fino cosibir.
-Combra barato. Combra siniorita.
-¡Ey!...Chss... Chss... ¡Sencillero!... ¡Suba!


Y sudando en invierno y verano, el sencillero caminaba de punta a punta la ciudad. Subía para entablar el negocio a crédito con las amas de casa, las empleadas domésticas, las costureras a quienes dejaban mercadería de buena calidad a precio recargadito, aunque con la ventaja del crédito sin garante, que se cubría en cómodas cuotas diarias, semanales, quincenales o mensuales, según lo convenido por él en su lengua mocha, lloriqueando que con tanta rebaja -el bobre baisano bierde blata- y la cliente, defendiendo sus ahorros.

Cerrada la venta, sacaba una libretita cochosa del bolsillo de su camisa, anotando cuidadosamente la fecha, el nombre y la cantidad, mientras le decía: -haber, la siniora Estrrada que bagará en tres bartes. y la señora pagaba sin atrasarse, por que la palabra de honor valía más de lo que hoy importa un documento garantizado por terceros.

Otros sencilleros de este valioso grupo étnico iban hacia los campos, trasbordando de las lanchas a las canoas de piezas, cargados de cortes de tela, zapatos, perfumes para las "madamas", medias finas, camisas, calzoncillos, adornos, espejos, etc., etc. Se internaban por los afluentes de nuestros grandes ríos y guiándose por su instinto de orientación, caminando a la sombra de las huertas cacaoteras, llegaban a los caseríos y a las haciendas donde eran siempre bien recibidos por nuestros campesinos, volviendo luego de algunos días, cargados de cacao, arroz, café, gallinas, pavos, patos y más productos del agro, que en veces recibían como resultado de las transacciones al trueque. El dinero lo traían en un saquillo de lienzo, para hacerlo crecer en inversiones mercantiles.

Huyendo de Hitler
En las postrimerías de los años treinta, comenzaron a arribar pequeños grupos de inmigrantes de origen judío, incrementando su número durante la II Guerra Mundial y al término de la misma. La colonia, que era muy pequeña y laboriosa en la ciudad, también les tendió la mano. Cumpliendo el mandato ancestral de este pueblo tan identificado y ligado a sus raíces, se ayudaban mutuamente y unos cuantos de los recién llegados se hicieron sencilleros, prefiriendo el ramo de la loza, artículos de hierro enlozado, jarros, peroles, cedazos y más cacharros que portaban amarrados artísticamente, uno en cada mano. Luego circulaban en bicicleta, con las bastas del pantalón metidas dentro de las medias y éstas, sujetas por ligas de caucho, para llegar hasta los lugares más apartados de la urbe, esquivando a los perros, los charcos de lodo del invierno y las sartenejas del verano. Educados y atentos, saludaban finamente a su cliente, entablando un diálogo en el que iban practicando nuestro idioma:

-Buenos días señoga. Oiga vea esta magavilla. Boigna compga. Bagata.
-¿No rebaja?...
-No señoga. Pgrecio unigo. Imposible más bagato. Todo impogtado.
-¿Pero le pago en cuatro partes?...
-No seg progglema. Yo venig todos los días.

Y todos los días iba el sencillero judío a cobrar. Usaba tarjetas de colores, una por cliente, donde dejaba perfectamente registrados los datos personales, direcciones, cifras, atrasos, etc., etc., etc. Eso sí, no daba tregua a morosos ni perdón a tramposos, a quienes era capaz de perseguir por los siglos de los siglos, como asevera mi amigo Alberto Valdivieso, que todavía cruza a la vereda de enfrente cuando pasa por un negocio muy conocido para esquivar la mirada de un anciano comerciante, al que -cuando era sencillero- dejó de pagar las cuotas de un reloj muñequera comprado para la enamorada, porque ésta se le fue con otro.

¡Ah! qué diferente es hoy eso de luchar por la vida haciendo fortuna bien habida y poco a poco, como supieron trabajar tantos inmigrantes positivos, cuyos descendientes -a lo mejor- ni se interesan por recordar el ejemplo de su honrosa trayectoria. Curiosidad Infinita - Conocimiento y curiosidades - Curiosidad Infinita - Curiosidad Infinita

martes, 8 de noviembre de 2011

La oratoria y su poder

Que lindo es escuchar una buena historia, cuento o una  leyenda bien contada ¿verdad? Más aún, si la persona que lo dice, lo hace de tal manera que nos hace sentirla e imaginarla con intensidad. La oratoria es una de las artes más influyentes en la sociedad, muy bien conocida por aquellos que saben de su verdadero poder.

A través de la historia, grandes oradores, persuasivos -por naturaleza diría yo- hacia las multitudes, lograron llegar con su mensaje a sociedades enteras y adquirir influencia sobre ellas; figuras importantes como Cicerón, Martin Luther King, Winston Churchill, Perón y Evita, el lider populista Velazco Ibarra e incluso Hitler usaron el poder de la oratoria afianzando en la mayoría del pueblo sus convicciones.

¿Hemos perdido este gran don? Sinceramente creo que está siendo desplazado por la tecnología, muchas personas pierden demasiado tiempo en el "chat", o en los cientos de redes sociales que hay en el medio sin sacarle un buen provecho o utilidad, en vez de cultivar las artes y sacar un gran beneficio de ellas, ya que éstas enriquecen el conocimiento y el espíritu.

"La educación es el mejor camino para el desarrollo de la sociedad"

Ya no escuchamos ni apreciamos en gran mayoría -de los pocos que quedan- a los buenos oradores, cada vez se inculca menos en las escuelas y colegios este arte, y se reduce al hecho de memorizar textos solo para sacar una buena nota y pasar de curso; así cada vez va muriendo lentamente la cultura oral.

Aporto este vídeo que me gustaba mucho cuando era pequeño, de la serie animada "Oye, Arnold" (Hey Arnold!) de Nickelodeon, la historia de "El Jadeante Ed", un claro ejemplo sobre la retorica y la oratoria.

Siempre me inspiraba la forma en que Gerald contaba sus historias y todos al rededor le prestaban mucha atención, la verdad esta serie tiene buen contenido para los chicos.

Por cierto, dicen que el cuento no vive por quien lo cuenta, sino, por quien lo escucha.

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sábado, 5 de noviembre de 2011

Refranes y dichos populares

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El pueblo es una fuente inagotable de sabiduría y verdad. Con energía, sagacidad, chispa y buen humor, las diferentes generaciones van imprimiendo su huella inextinguible sobre lo que vive y piensa, lo cual en otras formas, lo hace a través de dichos y refranes.

A lo largo y ancho de la geografía nacional, la gente habla sentenciosamente. Muchas de estas expresiones orales fueron traídas por los españoles, por que hace rato adquirieron carta de naturalización en nuestra tierra. Sin embargo, la gran mayoría de ellos son la inspiración del pueblo.

Dejando aclarado, que el afán de esta compilación -es la que contribuyeron familiares, colegas y amigos, principalmente de Manabí, Ecuador- está encaminada a preservar nuestra herencia cultural.

Advertimos, que como los diccionarios de la Lengua Española definen a las palabras, dicho y refrán como sinónimos, aquí están entrelazados. No obstante, hay una diferencia sintáctica entre refrán y dicho, pues mientras el primero contiene dos proposiciones, el dicho consta sólo de una.

Los animo a que comenten refranes y dichos conocidos por ustedes para así ampliar la lista :)

Por cierto "No están todos los que son, pero sí son todos los que están"

A
A buen entendedor, pocas palabras.
A brazo partido.
A buen puerto vas por leña.
A caballo regalado, no hay que mirarle los dientes.
A cada pajarito, le llega su veranito.
A cada pavo, le llega su navidad.
A Dios rogando, y con el mazo dando.
A falta de pan, buenas son las tortas.
A grandes males, grandes remedios.
A la luz de la vela, no hay mujer fea.

B
Bajando el muerto y soltando el llanto.
Barco parado, no gana flete.
Baraja, mujer y vino, sacan del buen camino.
Barre por donde pasa la suegra.
Bien contado, no hay cuento malo.
Bienaventurados los mansos, por que los castran parados.
Borrón y cuenta nueva.
Bueno es el cilantro, pero no tanto.
Burro que no tiene dientes, no masca hierba.
Buscar palo para que le saquen el otro ojo.

C
Caballo garañón, no respeta yegua sarnosa.
Cada cosa se parece a su dueño.
Cada cual,lleva su cruz.
Cada gallo, canta en su gallinero.
Cada loco, con su tema.
Cada oveja con su pareja.
Cada uno, sabe donde le aprieta el zapato.
Caído el rayo, no hay magnífica que valga.
Calentó el café, para que otro se lo tome.
Camina, y no levantes polvo.
D
Dame pan, y dime tonto
Dar cuerda para que se ahorque.
Darle palo como a burro amarrado
De cuero ajeno, correas largas.
De desagradecidos está lleno el infierno.
De dientes para afuera.
De la boca se te cae la sopa.
De la casa propia a la ajena, con barriga llena
De lo bueno, poco.
De músico, poeta y loco, todos tenemos un poco.


E
El adulador y el traidor, nacieron en el mismo huevo.
El apuro, trae cansancio.
El avaro ni el mendigo, no tienen parientes ni amigos.
El camino al infierno, está empedrado de buenas intenciones.
El comedido come de lo escondido.
El diablo más sabe por viejo, que por diablo.
El flojo, trabaja dos veces.
El hijo de tigre, pintado nace.
El mono sabe a que palo trepa.
El ojo del amo, engorda al caballo.

G
Gallinazo, no come gallinazo.
Gallo viejo, con el ala mata.
Gana fama y échate a la cama.
Gato viejo, ratón tierno.
Guerra avisada, no mata gente.
Guerra es guerra.
H
Habla y te salvas
Hablando se entiende la gente.
Hablar con el dueño del circo, no con los payasos.
Hacerse de la vista gorda.
Hablar sin pelos en la lengua.
Hay que hacerle creer a los cojudos, que uno es cojudo.
Hay un mundo mejor, pero es carísimo!
Hacer de tripas, corazón.
Hierba mala nunca muere
Hijo de culebra fina, no sale sapo ni rana.

I
Indio comido, indio ido
Ir por lana y salir trasquilado

J
Jodido por mil, jodido por mil quinientos.
Jornal adelantado, jornal abandonado.
Juegos de manos, juegos de villanos.
Juventud, divino tesoro.

L
La alegría dura poco, en la casa del pobre-
La codicia rompe el saco.
La cabeza, no es solo para los piojos.
La calentura no está en las sabanas.
La desgracia de uno, es la felicidad de otro.
La hora más obscura, es la próxima aurora.
La justicia cojea, pero llega.
La letra con sangre, entra.
La mejor fotografia de una persona, es su trabajo.
La ignorancia es atrevida.

M
Maldición de perro flaco, no mata caballo gordo.
Manos que dan, reciben.
Más cara sale la mecha, que el candil.
Más fácil es destruir, que construir.
Más rápido cae el mentiroso, que el cojo.
Más tranquilo duerme el deudor, que el acreedor.
Más vale solo, que mal acompañado.
Más vale prevenir, que curar.
Matar dos pajaros de un tiro.
Muchacho malcriado, encuentra padre en la calle.

N
Nadie es profeta en su tierra.
Nadie habla por ciencia, sino por experiencia.
Nadie más que la cuchara, sabe el mal de la olla.
No da el que tiene, sino el que quiere.
No hay boda sin borracho.
No hay bonito sin pero, ni feo sin gracia.
No hay mujer fea, solo de belleza rara.
No hay palabras mal dichas, sino mal comprendidas.
No hay bebé feo, ni muerto malo.
No hay quinceañera fea.

O
Obras son amores, no buenas razones.
Ocasión que se pasó, pájaro que se voló.
Oír a todos, creer a pocos.
Ojo por ojo, diente por diente.
Ojos que no ven, corazón que no siente.
Oro guardado, no da ganancias.
Oye primero, habla después.

P
Padre no es el que engendra, sino el que cría.
Paga lo que debes, y sabrás lo que tienes.
Pájaro viejo, no entra en jaula.
Palabras sacan palabras.
Pasajero de segunda, y exigente.
Palo porque boga, palo porque no boga.
Pan para hoy, hambre para mañana.
Para aprender, nunca es tarde.
Para pelear, se necesitan dos.
Para pendejo no estudia, se nace.

Q
Que se pierda el dedo y no la mano.
Quien bien te quiere, te hará llorar.
Querer es poder.
Quien a buen arbol se arrima, buena sombra le acobija.
Quien a cuchillo mata, a cuchillo muere.
Quien da pronto, da dos veces.
Quien calla, otorga.
Quien da pan a perro ajeno, pierde pan y pierde perro.
Quien mal anda, mal acaba.
Quien vengarse quiere, calle y espere.
S
Sacar las uñas.
Salir lo servido por lo comido.
Santo alabado, santo acabado.
Santo que no hace milagro, que desocupe el altar.
Sarna con gusto no pica, y si pica no hace roncha.
Se han juntado el hambre y la necesidad.
Secreto en reunión, es mala educación.
Secreto entre mujeres, no es secreto.
Ser harina de otro costal.
Ser juez y parte.

T
Tal para cual.
Tanto nadar, para morir en la orilla.
Tarde o temprano, todo se sabe.
Tener la sartén por el mango.
Toda regla, tiene su excepción.
Todo Cristo, sale crucificado.
Todo sabido, tiene su hora de caer.
Tigre no come tigre.
Tener los cables pelados.
Tomar el toro por los cuernos.


U
Un buen consejo a tiempo, no tiene precio.
Un perro menos, un hueso más.
Un clavo saca a otro.
Un resbalón, no es caída.
Una buena capa, todo lo tapa.
Una buena conciencia, es la mejor almohada.
Un puerco enlodado, enloda a cien.
Un jardín sin flores, es como un hogar sin cachos.
Una golondrina, no hace verano.
Unos calientan el horno, y otros se comen el pan

V
Vaca de muchos, ben ordeñada y poco alimentada.
Ver para creer.
Ver, oir y callar, si quiere del mundo gozar.
Viejo, pero no pendejo.
Ver la paja en ojo ajeno, y no la viga en el propio.
Vístete despacio, cuando estés de apuro.
Voz del pueblo, voz del cielo.
Violencia, llama violencia.
Viejo que se cura, cien años dura.

Y
Yo conozco al cura de mi pueblo
Yo no sufro de locura, la disfruto a cada minuto.
Yo te ofrezco, busca quien te dé.

Z
Zapatero a tus zapatos.
¿Conoces más refranes y dichos?
aquí encontrarás muchos más:
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lunes, 31 de octubre de 2011

Dia del Escudo Ecuatoriano

día del escudo de ecuador, escudo de armas de ecuador, 31 de octubre
Como bien sabemos, hoy en muchas partes se celebra el así llamado día de brujas o Halloween, sin embargo, en mi país, se celebra el día del Escudo de Armas del Ecuador; luego de haber tenido varias formas a lo largo de los años, terminó con el diseño final del cóndor como ave insigne, en el centro se observa al sol y a sus costados los simbolos zodiacales de Aries, Tauro, Géminis y Cáncer, bajo él, se encuentra el Chimborazo que al bajar su cauce da origen al río Guayas, un barco a vapor que navega por el río y un caduceo en él, símbolo del comercio; el tricolor amarillo, azul y rojo sujetados por lanzas y alabardas, la palma que simboliza el martirio de los próceres libertarios y el laurel que representa el triunfo y la gloria.

Nuestro escudo pasó por cinco procesos, desde la proclamación de la Independencia de Guayaquil, 9 de octubre de 1820, hasta cuando fue presidente de la república el Gral. Eloy Alfaro, el cuál fue oficializado como escudo final el 31 de octubre de 1900.

Como opinión, creo que los gobiernos que han pasado a lo largo de la historia del Ecuador (en su grán mayoría) no han generado en el pueblo un sentimiento de fortalecimiento de unidad nacional en torno a sus símbolos patrios, a sus propias comunidades, al mismo país, menos aún generar ese sentimiento de patriotismo y orgullo nacional. Más bien velando por sus propios intereses, que los del pueblo que los eligió para llevar al país por el camino del progreso.

Es triste saber que las vidas de muchos patriotas fueron en vano al defender la soberanía y ser "carne de cañon" en las guerras fronterizas y civiles en contra de regímenes dictatoriales, ya que al final y como siempre la patria solo ha sido repartida entre los dueños del poder, no solo en el Ecuador, sino en la mayoría de nuestros paises...

Sin embargo todos aquellos trabajadores, estudiantes, campesinos, artistas, poetas, jornaleros, escritores, revolucionarios y más, aquellos que se levantan diariamente a buscar el sustento diario, aquellos que luchan por sus ideales, por un mañana mejor y buscan el cambio positivo por una patria más justa y equitativa, son aquellos los llamados heroes anónimos.


escudo de ecuador, sal y mileto
La lucha siempre será hacia el progreso, pero mientras no cambiemos nuestras mentalidades atascadas en el conformismo, actitudes individualistas y malas costumbres, seremos igual o peores que aquellos que manejan el poder para el beneficio de unos cuantos, y solo para entonces, habremos de destruido lo último que nos queda... nuestra identidad. Curiosidad Infinita - Conocimiento y curiosidades - Curiosidad Infinita - Curiosidad Infinita

domingo, 30 de octubre de 2011

Halloween o Noche de brujas

Halloween, All Hallows Eve, noche de brujas, calabazas
Sea ésta, una tradición foránea a los países latinoamericanos, cabe destacar que ha obtenido gran acogida a lo largo de varios años (creo que principalmente por la intromisión de la cultura norteamericana que nos bombardea cada vez más con practicas consumistas de primer mundo... pero que se le va a hacer si están por todas partes!).

La tradición del Halloween o noche de brujas -originalmente All Hallows Eve, en español Vispera de Todos los Santos-, una festividad pagana celta proveniente de Europa y parte de Asia menor, ésta denotaba el termino del verano y tiempo de la cosecha ya que justamente coincidía con el otoño, para estos pueblos representaba el fin de la muerte y el inicio de un nuevo ciclo de vida, era el año nuevo para ellos.

En varios países se celebra esta fecha en días cercanos, como el Día de los difuntos o día de muertos, celebración en la cual se conmemora en los cementerios y en iglesias de varias religiones, en esta lista se puede ver como los diferentes países celebran esta fecha en honor a sus difuntos.


¿Por que las calabazas?
esto se debe a la siguiente leyenda:
Hace muchos años, en la noche de brujas, un hombre conocido como Jack el tacaño, tuvo la mala fortuna de encontrarse cara a cara con el mismísimo diablo en una taberna. Jack, como siempre, había bebido durante toda la noche, aun así pudo engañar al diablo ofreciéndole su alma a cambio de un último trago y de que pagara las bebidas. El diablo aceptó y se convirtió en una moneda para pagar al camarero, pero Jack decidió rápidamente quedarse la moneda guardándola en su bolsillo junto a una cruz de plata y así impedir que el diablo se liberara y que adoptase de nuevo su forma original hasta que prometiera no pedir su alma en diez años. El diablo no tuvo más remedio que aceptar.

Diez años más tarde, Jack y el diablo se encontraron en un bosque para saldar su deuda. El diablo estaba dispuesto a llevarse consigo su alma, pero Jack pensó rápido y dijo: "Como último deseo... ¿Podrías bajarme aquella manzana de ese árbol por favor?". El diablo pensó que no perdía nada, y de un salto llegó a la copa del árbol, pero antes de que el diablo se diese cuenta, Jack marcó rápidamente una cruz en la corteza del árbol. Entonces el diablo no pudo bajar. Jack le obligó, una vez más, a prometer que jamás le pediría su alma nuevamente. El diablo no tuvo más remedio que aceptar.

Jack murió unos años más tarde, pero no pudo entrar en el paraíso, pues durante su vida había sido un borracho y un estafador. Pero cuando intentó entrar en el infierno, el diablo lo reconoció y lo envió de vuelta por no faltar a la promesa de tomar su alma. "¿Adónde iré ahora?", preguntó Jack, y el diablo le contestó: "Vuelve por donde viniste". El camino de regreso era oscuro y frío, no se podía ver nada..El diablo le lanzó a Jack un carbón encendido desde el mismísimo infierno, para que pudiera guiarse en la oscuridad, y Jack lo puso en un nabo que había vaciado para que no se apagara con el viento.

Ahora Jack vaga sin rumbo con su linterna para toda la eternidad.

Los irlandeses solían utilizar nabos para fabricar sus "faroles de Jack", pero cuando los inmigrantes llegaron a Estados Unidos advirtieron que las calabazas eran más abundantes que los nabos. Por ese motivo, surgió la costumbre de tallar calabazas para la noche de Halloween y transformarlas en faroles introduciendo una brasa o una vela en su interior. El farol no tenía como objetivo convocar espíritus malignos sino mantenerlos alejados de las personas y sus hogares.


Pero bueno, debido a que las tradiciones van cambiando de generación en generación (aunque sea en cierto grado) varios de estos países han acogido ciertas costumbres del Halloween norteamericano, como salir a pedir dulces, fiestas y concursos con disfraces, y ya que es una fecha especial por que no contar historias de fantasmas.

Para finalizar una historia de terror, de aquella serie de los 90 que a muchos nos atrajo con sus cuentos de miedo relatados por sus jóvenes integrantes pertenecientes a la Sociedad de la media noche... Are you afraid of the dark? o Le temes a la oscuridad? transmitida por Nickelodeon, que justamente inició la programación de la serie el 31 de octubre de 1990.

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